- Al pisar flexiona los tobillos y aterriza ligeramente con toda la planta. Mantén el tobillo flexionado a medida que tu pie se apoya sobre la superficie para aumentar el impulso, la musculatura de las pantorrillas también te ayudará a propulsarte. Al momento de aterrizar debes hacerlo ligeramente y con toda la planta del pie, justo por debajo de tu cuerpo, no delante de él. La idea es que tus pies hagan el menos ruido posible y no rebotes.
- Mantén las rodillas hacia el frente. Flexiona las rodillas en unos 30º e inclínalas hacia delante. Respecto a cuánto levantarlas, eso depende mucho de tu condición y objetivos. Mientras que los velocistas necesitan elevar bastante las rodillas para conseguir mayor impulso y potencia, para la mayoría de los corredores la recomendación es evitar elevarlas demasiado.
- Trabaja tu braceo. Hombros, codos y manos, esos son los tres aspectos que tienes que trabajar para conseguir un braceo que potencie tu rendimiento y con el que no gastes energía innecesaria. La clave está en mantener los brazos en paralelo al cuerpo (sin que lo rocen) y los codos flexionados en 90º. Además, mantén los hombros y manos relajados, y las muñecas rectas.
- Rota los hombros hacia atrás. Las postura que le damos a los hombros es súper determinante para definir la posición del resto del cuerpo, por eso es TAN importante tomar consciencia y rotarlos hacia atrás. Con el cansancio tendemos a llevarlos hacia delante, con lo que además flexionamos hacia abajo el cuello, encorvamos la espalda y cerramos el pecho… así que aunque la fatiga te esté afectando y los hombros hacia delante te den un breve alivio, ¡no flaquees!
- Mantén el tronco y cabeza derechos. Muchas corredoras tendemos a correr con la mirada hacia abajo, sobre todo cuando empieza a afectar el cansancio, pero ERROR. La posición correcta es con la mirada hacia delante, con la vista puesta unos metros más allá -con una variación de unos 10 o 20 cm. para ver las irregularidades del camino-, para que, por consecuencia, se estiren la cabeza y el tronco. Con esto además nos aseguramos de mantener el pecho abierto, para que el aire de nuestra respiración fluya fácilmente.