Como runners una de las cosas más importante, sino la más, son precisamente las zapatillas. Y así como es clave saber elegir un modelo en particular, también lo es el cuidado de estas. Y es que son nuestras zapatillas las que saben cómo entrenamos, cuántos kilómetros llevan acumulados nuestras piernas y también, cuando es tiempo de cambiarlas. Quizás no haya una fórmula ganadora, pero algo tan simple como meterlas a la lavadora o someterlas a cierta temperatura pueden acabar con ellas.
Le preguntamos a tres corredoras expertas sobre el cuidado de sus zapatillas, y también, cómo eligen al par ganador.
A continuación Vale Argandoña, Pao Castelvecchio y Gabi Dallagnol nos dan sus secretos tips sobre sus zapatillas
Cómo elegir un par de zapatillas
Hay que conocer qué tipo de pisada tenemos: neutra, supinadora o pronadora. Gabi Dallagnol recomienda hacerse el test de pisada. “Para los que no saben qué pisada tienen, recomiendo hacer la prueba en la tienda Nike del Parque Arauco. Así no solo descubren la zapatilla adecuada, sino que también evitan lesiones”, aclara.
El peso y estructura. “Que tenga una buena amortiguación y que sea liviana”, explica Vale. Algo en lo que concuerda Pao Castelvecchio, “que sean livianas, imposible correr con un tanque a los pies, ya que afecta a mi técnica de carrera o modifique la dinámica natural de la zancada”.
- El diseño y el color, también son importantes.
- Elegir medio número más grande. “Ajustada, pero que no corte la circulación. Debe haber una separación del tamaño de la uña del dedo pulgar, entre el dedo más largo y la punta de la zapatilla. Hay que probarlas bien”, asegura Gabi.
Cómo cuidarlas y limpiaras. Tips y recomendaciones:
– No lavarlas en la lavadora.”Puede deformar su estructura y dañar su funcionalidad, por eso se deben lavar a mano, escobilla y jabón, y todas sus partes por separado (plantillas y cordones)”, explica vale Argandoña.
Algo en lo que coincide Pao Castelvecchio, quien tiene una idea muy clara del cuidado de las zapatillas. “Hay que tratar las zapatillas como si fueran nuestro pelo: lavo las mías a mano en agua tibia con shampoo, siempre saco los cordones y las plantillas para que se sequen abiertas, en la sombra y no en secadora”.
Gabi Dallganol comparte su secreto al respexto, “Yo lo hago con toallitas de guagua o desmaquillantes, sacan hasta el barro incrustado”.
- -Dejarlas ventilando al aire libre después de cada entrenamiento. Y si se pasó por barro o posas de agua, “limpiarlas de inmediato, nunca dejar que la suciedad se seque para que no deteriorarlas”, recomienda la Vale.
- Evitar secarlas directamente al sol, pero sí a temperatura ambiente, y nunca en la secadora. Lo mismo cuando has entrenado, luego de la sesión de entrenamiento, déjalas al aire libre para que se sequen, pero aléjalas del sol.
- Limpiarlas con un paño húmedo o cepillo de dientes.
- No usar productos tipo cif o cloro.
- Tener más de un par de zapatillas., de esta forma se le da más durabilidad. “Si tienes 2 o más pares, cada una debe cumplir una función, ejemplo: dejar una exclusiva para entrenar y otra para competir”, asegura Vale.
- Los expertos recomiendan lavarlas una vez al mes, y saber de antemano que se demoran unas 24 horas en secarse.
- Lavar todas las partes por separados, y no volver a ponerlas en la zapatilla si no están secas, ya que acumulan humedad.
- En el caso de los olores, hay quienes agregan un poco de vinagre a la mezcla del agua con jabón.
Y las tres corredoras coinciden en la regla de cambiar las zapatillas cuando cumplen su ciclo de kilómetros corridos. Esto porque el desgaste de la misma puede terminar en lesiones.
Mientras unas las dan de baja a los 600K, otras esperan los 800K, pero no les dan mucho más que eso. “Van perdiendo su capacidad de amortiguación, todo depende del peso y de dónde corras”, concluye Gabi.