¿Amiga runner? Seguro hay muchas cosas que nos dan ganas de decirnos entre kilómetros…algunas no nos atrevemos. Acá te dejamos algunas…pero siempre ‘en buena’.
A la que te dejó plantada. Seamos honestas, casi todas hemos estado alguna vez en el banquillo de las acusadas… Especialmente en invierno con sus mañanas frías y oscuras, cuando nos vamos a dormir con toda la intención de madrugar para entrenar pero las sábanas se ponen pegajosas, u otro clásico, salir en la noche ‘tranqui’ y que la cosa se vaya de las manos. ¿Resultado? Mensaje a.m.: “amiga, no llego”. Aunque luego lo entendemos, pucha que da rabia en ese momento, sobre todo cuando una ya está vestida y lista para salir, o peor, ya esperándola en el lugar acordado. ¡Más de algún improperio ha cruzado nuestra mente! Lo mejor: que una baja en el camino no cancele la carrera, tú dale nomás.
A la que es más rápida. Nos encanta mejorar nuestro rendimiento y exigirnos al máximo, pero qué latero cuando salimos con una amiga que está TODO el rato presionando para que vayamos más rápido, y una no puede o simplemente no quiere. Así que si eres la veloz que siempre está “dale más rápido, dale más rápido”, es hora de tomar la delantera sola o bajar el ritmo; y si eres la que va más lento es mucho mejor acordar con tu partner un ritmo promedio en que las dos se sientan cómodas o decirle que se adelante. A la par o separadas, siempre tendrán alguna recompensa post-entrenamiento para disfrutar juntas.
A la que corre con su perro. En Ladyrun somos doglovers, ya lo saben, por eso es común que salgamos a correr entre amigas acompañadas de sus perrunos, y aunque lo pasamos increíble sumando kilómetros con ellos, igual de repente mata la emoción parar en seco por motivos como recoger la caquita… peor si la amiga anda sin bolsa y hay que ponerse a buscar en el parque o a pedirle a alguien en el camino; o si el perro es quien toma el mando de la carrera y ustedes terminan siguiendo su ritmo ¿Moraleja? Si tú o tu amiga va con su perro, es clave que lo hagan con responsabilidad.
No te pierdas el post: Qué hacer y qué no hacer al correr con tu perro.
A la que para cada una cuadra. Que levante la mano la que nunca ha inventado una excusa piadosa para parar y recuperar el aliento… ¡varias hemos estado ahí! Pero nunca falta la que abusa y literal que tiene una razón por la que detenerse cada una cuadra. El cordón de la zapatilla, la playlist que se le cambió, el reloj que se des-sincronizó, el pelo que le molesta, alguien que vio en el camino, responder un whatsapp urgente, uhhh, en un