¿Eres de las que usa un par hasta que se gasta o vas rotando zapatillas de correr? La mayoría de nosotras usa un par de zapatillas de running y cuando ese ya está out y pasamos al siguiente por economía o porque son nuestras regalonas. Y más aún, cuando es hora de comprar el siguiente: elegimos el mismo.
La verdad es que no hay nada malo en esa práctica, pero estudios aseguran que corredoras que intercambian sus zapatillas tienen casi un 40% de menos probabilidades de lesionarse que un corredor ‘de una zapatilla’. ¿Por qué es eso?
Las zapatillas en general liberan o generan tensión en diferentes partes del cuerpo y del pie por el impacto de nuestra pisada. Al usar la misma zapatilla, esa tensión se vuelve reiterativa lo que nos hace ser más propensos a generar una molestia o definitivamente, una lesión.
Qué tipos de zapatillas para correr deberíamos tener:
Super amortiguadas: este tipo de zapatilla generalmente más pesada y más suave, es ideal para tiradas largas y entrenamientos diarios. Por ejemplo, los modelos Nimbus y Kayano de Asics son modelos perfectos para cumplir esa función.
Con extra soporte y retorno: Aunque se parecen bastante a las descritas anteriormente, estas zapatillas tienden a ser un poco más livianas y no solo otorgan amortiguación si no que también retorno. Lo que es clave para tiradas largas y entrenamientos más exigentes. Las nuevas Nike Air Zoom Pegasus 38, son un buen modelo para esta categoría.
Para trail: De todas maneras acá entra otra categoría es que les gusta ir al cerro. Una zapatilla de asfalto, definitivamente no cumple sus funciones sobre el cerro. ¿Recomendadas? Las Hoka One One Speedgoat se ven increíbles, aunque no las hemos probado porque no somos «de cerro».
Carreras o entrenamientos rápidos: Acá se va el presupuesto, porque en general estas zapatillas al ser de alta gama son más caras. Lo bueno: como las usamos menos duran más. Sin, pero sin, duda acá nuestras favoritas son las Nike Air Zoom Tempo NEXT% . Vuelan.