No se cómo les está yendo a ustedes, pero siento que llevé los 2 meses de cuarentena obligatoria bastante bien (vivo en Francia), salvo por un pequeño detalle… ¡el peso! Para mi buena o mala suerte no tengo balanza, así que ni idea cuántos kilos subí, pero de que subí, SUBÍ, o toda mi ropa se encogió.

Y aunque el primer mes me lo tomé con bastante relajo y me repetía “da igual, de ahí bajo”, lo cierto es que el segundo mes me di cuenta que no sería tan fácil deshacerse de mis kilitos de cuarentena. Así que antes de que fuese demasiado tarde decidí tomar medidas, y aprovechando el encierro me aventuré con la dieta cetogénica. Ya la había hecho antes, pero siempre la terminaba rompiendo en salidas con amigas o con las múltiples tentaciones de la cotidianidad. 

Me pareció que esta vez el aislamiento social me podía jugar a favor para lograrlo, y así fue, al menos hasta ahora. Armé mi lista de compras y partí con mascarilla por todo lo necesario para no tentarme con otras cosas. A pesar de que la mayoría de los productos son súper normales, hay un par como la cáscara de Psyllium o harina de almendras que son más rebuscados y caritos, así que ya que los compré prometí cumplir por lo menos unas semanas para no hacer la inversión en vano.

Llevo 3 semanas en este régimen complementado con ayuno intermitente y reconozco que me ha ido mucho mejor de lo esperado, sobre todo porque dejar los carbohidratos y azúcar no se me hizo tan difícil con el aislamiento, de alguna forma eso me ordenó. Mi cuerpo se desinfló súper rápido, y salvo un dolor de cabeza que me dio al tercer día no he sentido malestares, pero sí mucha sed, ¡tomo agua todo el día! 

Yo misma estoy sorprendida de ir invicta y cada vez pruebo más recetas increíbles que son keto. No creo que se convierta en mi estilo de alimentación de por vida, pero comenzar en este periodo libre de tentaciones en instancias sociales ha sido excelente y cada vez me acomoda más. Me siento y veo mucho más liviana, de a poco me he ido calmando de mi adicción por el azúcar (sobre todo en forma de galletitas varias), como puedo comer bastante no me provoca ansiedad –un clásicos de las dietas- y me ha motivado a alimentarme de manera más consciente y moderada. 

Si también están pensando en sumarse al keto boom, les dejo algunos consejos que me han servido mucho: 

• Haz una lista de compras para tener todo lo necesario antes de empezar.
• Come varias veces al día, lo peor es pasar hambre.
• No comas siempre lo mismo, qué aburrido… ponte creativa. 
• Ten siempre snacks saludables a mano. 
• Dile a las personas con las que vives que te apoyen y respeten en tu régimen (¡eso es clave!).
• Toma MUCHO líquido.
• Busca en internet recetas keto y sorpréndete con todas las cosas deliciosas que puedes hacer en versión cetogénica, por ejemplo pan, rollito de canela, empanadas, etc.