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A MI RITMO: Lo que aprendí de los entrenamientos indoor en cuarentena

Aunque siempre se resistió a los entrenamientos indoor, nuestra columnista @lamarypeace ha sacado cuentas positivas entre saltos y abdominales en pareja en el pequeño living de su departamento. Luego de 7 semanas de cuarentena obligatoria, y otras 2 por delante, esta es su experiencia desde Francia dándolo todo frente a la tele.

Siempre me negué a los entrenamientos indoor. Hace años probé un entrenamiento en DVD (¡a estas alturas qué vintage!) de Tracy Anderson, pero a pesar de que fue una clase súper exigente, encontré TAN aburrido darlo todo sola frente a la tele, que fue debut y despedida. Al poco tiempo me conquistó el running, así que no volví a darle otra oportunidad. Eso, hasta la llegada del Covid-19.

El virus me pilló,  como a muchas,  desprevenida, pero además viviendo en el extranjero (Marsella, Francia), solos con mi pololo y en un departamento bastante chico para alguien tan inquieta como yo. 

A pesar de que acá está permitido correr hasta máximo 1 km. de donde vives, salir por las calles de una ciudad desolada empezó a bajonearme más que motivarme, así que paré, y entre no hacer nada (¡y con todos los croissants que me estoy comiendo con la ansiedad!) el entrenamiento indoor pasó a ser LA opción. 

Mi pololo me propuso empezar el programa Focus T-25 (del creador del heavy Insanity), que en solo 25 minutos te deja pidiendo perdón por todos tus pecados. Nos turnamos entre entrenar AM y PM, porque yo soy más de mañanas y Cristián de tardes, así que vamos uno y uno.

Adaptándose a los entrenamientos indoor

Despejamos nuestro pequeño living -básicamente 3 muebles de Ikea-, enchufamos el compu a la tele, y a vista y paciencia de los vecinos lo damos todo entre los inevitables manotazos y patadas que nos pasamos a dar por culpa del poco espacio. Reemplazamos los mats por toallas y pareos, las pesas por botellas con agua y ¡voilà!

Llevamos 7 semanas de cuarentena obligatoria y todavía nos quedan 2 por delante, y dentro de las cosas que he aprendido en este encierro, es que el deporte –sin importar cómo, dónde y cuándo- es el mejor aliado para mantener nuestra salud física y mental, y calmar la angustia que muchas hemos sentido estos días.

Los entrenamientos en casa me han enseñado tanto: lo primero es que si encuentras el tuyo, son súper entretenidos (yo estoy con T-25 y con Body Combat de Les Mills), son mega prácticos porque no necesitas desplazarte para llegar y cuando terminas saltas de una a la ducha, y también me han dado una buena lección de solidaridad, ¿han vistos cuántos entrenadores(as) están ofreciendo gratis sus clases?  

El deporte indoor ha sido un verdadero regalo que nos ha permitido a mantener nuestra energía física y mental, que nos genera a diario las benditas endorfinas para no estresarnos de más (tengo que reconocer que ando más sensible que nunca, ¿alguien más?) y que nos demuestra cómo si tratamos nuestro cuerpo con amor, el siempre responde.

No sabemos cuánto más durará este aislamiento, pero esperaremos pacientemente lo que haya que esperar, con energía positiva y el corazón abierto para aprender de las múltiples enseñanzas que nos dejará este periodo, tal cual a mi me enseñó la bacán de movernos en casa y lo agradecida que debo estar de poder hacerlo. 

por

Periodista, valdiviana y fanática del sur de Chile. Corro porque me hace feliz, y mucho más si es escuchando reggeaton.

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