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A mi ritmo: vivir en Dubái y no poder correr ¿mi fin como corredora?

¿Qué hacer cuando tenemos las ganas y la condición física para correr, pero las circunstancias no lo permiten? Esta es la misma pregunta que se planteó nuestra columnista @lamarypeace a un mes de llegar a su nueva ciudad, Dubái, donde el calor y la humedad se lo ponen bastante complicado a las corredoras.

¿No poder correr? Mi alma patiperra me ha llevado a vivir en 3 países en los últimos años, y en cada nuevo destino el running siempre fue mi compañero fiel para adaptarme, hacer amigos, conocer la ciudad y liberar todas las emociones (buenas y malas) que vienen con los cambios de vida. En varias de mis columnas compartí con ustedes lo increíble que es poder correr cuando empiezas de cero en un lugar, precisamente porque no necesitas nada ni a nadie, solo las ganas.

Y con esas mismas ganas llegué hace un mes a Dubái (Emiratos Árabes), la ciudad que será mi nuevo hogar. Tan solo al salir del aeropuerto, y como un cachetazo en la cara, confirmé lo que varias personas ya me habían advertido: el calor y la humedad hacen que sea todo un desafío hacer deporte al aire libre, si es que no imposible…

La frustración de no poder correr

Por supuesto, en cuanto supe que no podría correr con la libertad que siempre lo había hecho me dieron más ganas de hacerlo, y estas semanas he sentido toda esa nostalgia de querer hacer algo que las circunstancias no te lo permiten. Seguro a varias las habrá pasado y sabrán entender esa frustración tan amarga de ver nuestras zapatillitas esperando por nosotras, y una sin poder hacer nada.

Así que mi cabeza rápidamente empezó con sus enredos mentales: ¿es mi fin como corredora? ¿tendré que hacer las paces con la trotadora (¡me carga!)? Al no poder correr, ¿perderé todo los avances en el running que estaba alcanzando en Marsella (donde vivía antes)?

Afortunadamente luego de semanas de mil preguntas, llegó la calma. En lugar de enfocarme tanto en lo que no podía hacer, decidí enfocarme en lo que sí, sobre todo en entender que esto es “circunstancial”. Esa palabra fue el antídoto para mi angustia. Es un momento puntual de mi vida, como tantos otros. Quizás una oportunidad para reinventarme en lo deportivo, para descubrir nuevas disciplinas, y para darle a mi cuerpo el tiempo necesario para adaptarse a este nuevo clima.

Y me cayó la teja: en nuestra vida no somos solo una corredora, ¡somos muchas versiones de ella! Quizás para ti todo cambió cuando te convertirse en mamá, quizás pasaste de ser maratonista a correr 5K, quizás bajaste la intensidad por alguna lesión o la subiste para cumplir un objetivo específico. Hay tantas cosas que nos hacen convertirnos en una nueva corredora, y eso es lo increíble del running, que este deporte que amamos tanto se amolda a nosotras en cada etapa de la vida, aunque a veces toque guardar las zapatillas un rato.

¿La buena noticia? Luego de un mes viviendo en Dubái descubrí que si bien durante la primavera-verano es IMPOSIBLE correr al aire libre (el calor y humedad son brígidos), el otoño-invierno, que igual son calurosos, sí que permiten entrenar al exterior. Así que no todo está perdido. Mis zapatillitas si verán la luz en los Emiratos Árabes y espero seguir compartiendo con ustedes todas las aventuras, experiencias y claro, chascarros runners, que se vendrán por este lado del mundo. Stay tuned!

por

Periodista, valdiviana y fanática del sur de Chile. Corro porque me hace feliz, y mucho más si es escuchando reggeaton.

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