Desde que corro he aprendido que gran parte del running es entrenamiento y constancia, pero otra tajada importante de la repartija cabeza. La mente puede ser nuestra mejor amigui o la enemiga más despiadada del mundo, así que quién mejor que una mismita para darse sabios consejos para seguir corriendo. Acá les comparto mis top 4.
María Paz, no la pienses y ¡levántate! Soy bastante madrugadora, pero igual a veces se me hace difícil la levantada, sobre todo cuando está ultra oscuro y empieza a hacer frío. Por eso cuando mi mente empieza a muñequearme para quedarme acostadita, felizmente acurrucada, mi mejor auto-consejo es pensar en cómo me siento cuando ya entrené, y también en cómo me siento cuando no lo hago, y lo que es peor, por floja. Sin importar en qué horario entrenan, cuando nuestra querida amiga flojera ataca, lo mejor es evocar qué nos hace correr: despertar el cuerpo, despejar la cabeza, liberar tensiones, sentirnos felices, tranquilas, y obvio, más flacas.
María Paz, cumple con TODO el entrenamiento. Lo reconozco, de chica desarrollé un talento especial por hacer pequeñas trampitas, quizás por ser demasiado competitiva y no estar dispuesta a perder. Pero puedo decir con orgullo que esa dudosa práctica es parte del pasado, al menos en el running… Cuando comprendes lo importante que son los planes de entrenamiento que arman tos coaches y lo mucho que te ayudan en tu desempeño, se te quitan las ganas de saltarte un par de abdominales o algunas vueltas de tus kms. Ahora, cuando me dan ganas de parar antes –que es bastante seguido- o de hacer un amague pienso ´¿A quién quiero a engañar?’ Por último en el colegio una aplicaba una que otra técnica por la nota, además obligadas por la profe, pero por fortuna mis queridas ladys, en el running solo corremos por nosotras, así hagamos la pega completa ¿no creen?
María Paz, descansa. Acá repito mentalmente: no va a pasar nada si no salgo a carretear hoy o si me quedo flojeando un domingo. Soy un poco hiperquinética, no duermo mucho y el ocio –aunque por supuesto lo disfruto enormemente- me causa un poquito de remordimiento, como si estuviese perdiendo el tiempo, pero ¡no! Así como trato de exigir el máximo a mi cuerpo cuando entreno, he aprendido a premiarlo con merecidos descansos. Ahora valoro mucho más mis horas de sueño, aunque eso signifique decir que no a un par de salir con amigos o apagar la tele antes que termine el reality. Comprendí que ese tiempo que antes sentía que ‘perdía’, es una ganancia importante de energía para después. Y créanme, el body lo agradece.
María Paz, corre por ti. Lo mejor para el final, este es mi auto-consejo estrella. Ya les he contado de mi espíritu competitivo, y como no soy ninguna atleta top y estoy lejos de serlo, al principio me frustraba un poco corriendo. Hasta que al fin hice el click y empecé a disfrutar corriendo por mí, superando mis metas personales y pasándolo bacán en ese camino. Sin embargo, de vez en cuando vuelve a atacar el bichito de querer ser mejor que el resto, y ahí paro en seco y reflexiono. ¿Corro para validarme en comparación al resto o por mí? Si la respuesta es lo primero, estoy peeesimo, si la respuesta es lo segundo, sé que retomé la senda del bien. Pero cuesta, así que si les pasa algo similar dense el tiempo para pensar por qué corren, les aseguro que esos minutitos para conectarse con lo que nos motiva hacen la diferencia.