Si el mundo runner se dividiese entre las personas AM y PM, definitivamente estaría en la primera categoría. Para mi entrenar en la mañana es lo máximo y las razones sobran: comienzas el día en otra frecuencia, te cargas de energía y endorfinas, le haces el quite a ‘la calors’ durante la primavera y el verano, quemas más calorías durante el día y para quienes realizan actividad física como un deber irrenunciable, salen del ‘cachito’ de una.
Sin embargo, uno que otro vinito con amigas o simplemente esas mañanas en que las sábanas te atrapan, hacen que a veces entrene durante la tarde/noche. Lo que no es malo. Los entrenamientos vespertinos también tienen lo suyo: te liberas de las tensiones que acumulaste durante el día, cambias el switch de la pega compartiendo con tu equipo, y hay a quienes les funciona como la antesala perfecta a la hora de dormir. Lamentablemente para mí, ahí está el problema: el deporte PM -sobre todo de noche- me deja como si hubiese tomado seis redbull con coca-cola. ‘Mas prendida que tele de conserje’ como dice mi hermano.
Y si hay algo que odio en esta vida es el insomnio (¡qué tiempo tan perdido!), así que me he dedicado a investigar cómo bajar las revoluciones pos-entrenamiento probando diferentes técnicas, lo más sanitas posible. Acá les dejo algunos tips que me han funcionado para calmar esa energía de la que tanto disfruto en las mañanas pero que me deja pegada al techo pasado Tata Colores.
• Date un baño de agua tibia, ideal si prendes una velita relajante de lavanda o jazmín (para mejores resultados acompañar con una copa de vino tinto).
• Toma una agüita de hierbas relajantes. En el Jumbo venden una que se llama Dulces Sueños, que tiene manzanilla, melisa y tilo. No es ‘wow’ qué delicia, que funciona, y con unas gotitas de stevia queda rica.
• Para casos extremos, toma cápsulas de melatonina (las venden en farmacias naturistas). Eso sí, antes de tomar este suplemento es recomendable asesorarte por un especialista.
• Después de entrenar, no llegues a ver televisión, especialmente series o películas de alto impacto. Aunque cueste, dale un respiro a Netflix y para ratos de ocio prefiere un libro o música.
• Evita hidratarte con bebidas isotónicas porque tienen azucares que te activan; prefiere simplemente agua.
• Aplícate un roll-on de aromas relajantes en la sien, muñecas y cuello, su olor es riquísimo e induce el sueño. Los venden en farmacias naturistas. También hay brumas relajantes para rociar sobre la ropa de cama que cumplen la misma función.
