“La tonicidad muscular es el estado basal o activación fisiológica necesaria de los músculos, regulado por señales del Sistema Nervioso y médula espinal. Es decir, es lo que permite que todos los días nuestros músculos estén con cierta activación de base y listos para ser usados”, explica la kinesióloga Jesús Martínez (@lajesukine)
Pero, ¿es posible trabajar esa condición? “Si nos referimos al término tonificación muscular como el hecho de dar fuerza o de algo cercano a la definición de la masa muscula, ahí hablamos netamente a “limpiar” la masa muscular de otros componentes, y sí es posible trabajarla”, agrega.
¿Cómo podemos fortalecer la tonicidad muscular?
Si lo que queremos es mejorar nuestra masa magra o musculatura sin grasa, existen múltiples variables que debemos trabajar:
- Controlar los niveles de estrés diario al que nos sometemos.
- Mantener una alimentación balanceada, que cumpla con los nutrientes requeridos tanto para nuestras tareas del día a día, como para alguna actividad física o deporte.
- Ser responsables con el descanso, dormir entre 7 y 8 horas diarias de corrido, respetar nuestros ciclos circadianos para dar un óptimo’ ambiente’ a nuestras células y que estas puedan ser eficientes, útiles y desechar lo que no necesitan.
- Entrenar constantemente. Si bien los ejercicios cardiovasculares como trotar, caminar, andar bicicleta pueden favorecer el balance energético entre lo que consumimos y lo que gastamos, sobre todo las mujeres, debemos dejar el miedo a las pesas. Los entrenamientos de fuerza son necesarios y muy útiles en la pérdida de grasa corporal y mejorar la relación porcentual entre músculo, grasa y agua. Se pueden sumar un poco de fuerza de 2 sesiones semanales, dedicadas más al fortalecimiento.

¿Por qué este fortalecimiento es clave para mejorar nuestro rendimiento deportivo? Se podría explicar con la analogía de un auto y su estanque: si queremos que el auto rinda bien, uno llena el estanque o al menos le pone bencina. En este ejemplo el auto sería el rendimiento de nuestro cuerpo y sus capacidades; el estanque serían los músculos; y la bencina sería la ganancia en fuerza a modo de reserva necesaria, preparada y lista para ser usada.
Esto, además de ayudar a estabilizar nuestras articulaciones y prevenir lesiones, permite que el cuerpo tolere más carga y que tenga más resistencia para hacer mejor tareas como saltar, correr, caminar, etc.
No nos olvidemos que la activación muscular es la que se encarga de estimular la síntesis de nuestros huesos, por ende, si agregamos un poco más de peso del habitual, generamos mayores estímulos sobre los músculos y huesos a la vez, lo que se traduce en articulaciones más saludables y una mejor calidad de vida.