Ya cambió el horario de verano a invierno. El objetivo es que haya más luz en las mañana, pero lamentablemente eso significa que se oscurece más temprano; esto sumado a que las horas de luz en sí ya serán menos. Una desventaja para las que no somos muy fanáticas de correr a oscuras, las que nos cuesta mucho más ponernos las zapatillas si afuera está ‘de noche’ y salir de la cama se vuelve una misión imposible.
Por eso les compartimos algunas reflexiones en positivo que esperamos que les ayuden a ver el vaso medio lleno y a hacerle la contra a la flojera que ataca cuando cae la noche.
- Las que entrenamos AM, ahora tendremos la posibilidad de ver el amanecer mientras sumamos nuestros kilómetros mañaneros. Quizás soy media cursi, pero personalmente me parece un espectáculo increíble cuando los rayitos del sol empiezan a teñir de a poco la ciudad. Siento que es como disfrutar la calma previa antes de que estalle el caos urbano.
- ¡Bienvenidas las temperaturas agradables! A pesar de que el verano es irrefutablemente una buena época para entrenar, muchas no extrañaremos ese aire pesado que provocan las altas temperaturas. El frío de la mañana, o cuando cae la noche, son para muchas el ambiente ideal para correr sin sentirnos sofocadas.
- Toca desempolvar el clóset de otoño-invierno. Llegó el momento de sacar las patas ¾ o largas, y las chaquetas. Como me encanta jugar con mi look runner, amo las posibilidades que ofrece el cambio de estación; desde adquirir una que otra pilchita, o lucir como nuevas algunas prendas que habíamos olvidado desde que las guardamos con la llegada del calor.
¡Ojo! Hay que retomar ciertas medidas de seguridad. Volver a correr a oscuras exige que tomemos algunas preocupaciones que en verano no son tan necesarias, como llevar prendas reflectantes o incluso una linterna frontal si vamos a entrenar en un lugar muy oscuro. Además, es importante privilegiar espacios iluminados y con más afluencia de personas, para evitar exponernos a situaciones de peligro.