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#conchispeza: día de furia de corredora

Esta semana tuve lo que conocemos como “día de furia” y fue contra las personas detrás del volante. Y es que cuántas veces escuchamos noticias e historias sobre runners atropellados, y siempre la culpa le es otorgada al corredor, sin duda alguna. Inmediatamente aparecen los comentarios al respecto y pareciera que hay un solo bando: #elrunnernomira.

‘Es que no miran cuando corren’, ‘cruzan en cualquier parte’, ‘no esperan el semáforo’, ‘pasan por detrás de los autos’, ‘corren con audífonos entonces no están alerta’, ’no corran por la calle”, etc.

Ok, hago el mea culpa y sí a veces esas cosas pasan, pero tampoco hacemos todas esas malas prácticas al mismo tiempo. No estamos buscando que nos atropellen, no. Créanos nuestras piernas son casi objeto de culto y de ellas depende nuestro hobby o deporte favorito. Por lo tanto, la idea es cuidarnos y no exponerlas al peligro.

Mi desahogo hoy es justamente por eso. Qué pasa con el mal conductor, ese que podría ser el culpable de reducir a una corredora con su vehículo, el imprudente que efectivamente NO MIRA, no se detiene y no está alerta.

Tres veces esta semana invoqué al Pitbull en esto. Mi metro y medio de altura me recuerda a Gary y pelear contra esto es como verlo en los partidos con sus manitos atrás. Fuera del estadio le pegaría, pero en la cancha no se puede. ¡Impotencia pura! Con respeto, como diría el Mago, pero hay veces en que realmente dan ganas de golpear algo cuando estás ante el ‘casi me atropellan’, y ¡no fue tu culpa!

El último tiempo me he cruzado con más de algún conductor de este tipo y a más de alguno le he golpeado suavemente el vidrio o el capó. Y digo suavemente porque podría hacerlo tipo #runnerfuriosa, más no, me controlo, pero aplico el golpecito en el capó a modo llamado de atención. Y los miro con cara de pocos amigos, muy pocos en verdad, y por harto rato.

En respuesta siempre obtengo el gesto de perdón o de ‘no te vi’, y ese es el problema, ¿quién no mira ahora? Es como que aquel que maneja espera que el resto lo mire, pero si vas corriendo por la vereda y hay una salida de edificio uno baja la velocidad y ¿qué espera? Que el señor mire, ¡pero no lo hace! Mira solo en la dirección que van los autos de la calle y ¡qué pasa con los peatones! Golpe suave en el capó y cara de ‘¿qué onda, voh no mirai?’, y es esa cara, nada de ‘¿tú no miras?´, no, yo los miro como los miraría Gary, ‘¿qué sucede?’.

Y es que de verdad me da mucha rabia e impotencia. No respetan los pasos de cebra, pasan en roja los semáforos de calles chicas, no miran para los lados en las salidas de los edificios y retroceden sin detenerse a mirar, entre otras malas prácticas que ellos cometen. Pero a ellos ¿quién les dice algo? ‘No, es que el flaco pasó corriendo y no se veía’. ¡Suficiente!

Este es un llamado de atención al señor conductor. A prestar atención porque después nos echan la culpa a nosotros. Si exigen que estemos alerta, usted haga lo mismo. Y si no es una emergencia, para que le mete tanta ´chala´ llegando a la esquina, no ve que nos asusta.

Reconozco que he bajado la música para poder escuchar, tengo una pulsera intermitente que se ve de noche, cruzo en las esquina y espero en las salidas de edificio. Si yo me cuido, por qué usted no lo hace.

Aquí la tarea es de ambos bandos, así que, por favor, póngale ojo también.

por

Periodista, peatona, runner AM y a veces PM. No tengo pedigrí de atleta, corro porque me gusta.

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