Asimilar este momento crítico y TAN surreal. Respetar las precauciones sanitarias y el aislamiento. Trabajar desde la casa sin que baje la productividad. Estar 24/7 con los niños, con quien vivimos o solas. Hacer tareas con los hijos. No decaer con el deporte. Comer sano para no subir de peso durante el encierro…
¿No será mucho? La verdad es que sí, demasiado.
Por eso ladies, este post no es para proponerles todo lo que pueden hacer (que ideas ya tenemos de sobra), sino para decirles que está bien bajar el ritmo y vivir lentamente cada uno de los procesos que nos pasan internamente. Somos MUCHAS las que aún estamos asimilando lo que ocurre en el mundo y en nuestras casas a puertas cerradas, y la energía física y mental que invertimos en eso no es poca.
Así que así nomás, sin palabras muy románticas: si lo necesitan, ¡aflojen! Estamos en una verdadera montaña rusa de sensaciones e incertidumbres, y mientras vamos ajustando nuestra vida a cada altibajo no es necesario ponernos presión extra. Tengan paciencia con lo que estamos viviendo y con ustedes mismas, es el mejor camino para lograr la estabilidad interna que tantas esperamos encontrar en lo externo, en lo tangible de una rutina o de una agenda sobrecargada.
Veamos el vaso medio lleno. Permítanse disfrutar de las cosas ricas de este encierro forzado: compartir con la familia sin que todo gire en torno a este virus, regalonear intensamente en pijama, dejarse tentar por recetas que en su dieta normal no se permiten, disfrutar del ocio SIN culpas o simplemente de hacer nada, ¿por qué no?
Está bien chiquillas, nadie tiene la fórmula secreta para vivir en aislamiento, pero sí tenemos la tranquilidad de apañarnos y acompañarnos entre nosotras. Aisladas, ¡pero nunca solas ladies!