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Daniela Navarrete: ¡a la conquista del Ultra Trail del Mont Blanc!

Una distancia de 170 km entre Francia, Italia y Suiza, 10.000 m de desnivel positivo, 40 horas de carrera y una sonrisa de oreja a oreja que la acompañó hasta la meta. Desde Chamonix conversamos con Daniela Navarrete a días de haber finalizado el Ultra Trail Mont Blanc (UTMB).

Esta no es la primera vez que Daniela Navarrete (37) se encuentra a los pies del Mont Blanc para darle la vuelta. Ya el 2019 participó en el UTMB, pero tuvo que abandonar en el km 85 por un problema estomacal. “Me quedé con la bala pasada e inmediatamente supe que tendría que volver y terminar esa carrera como sea”, cuenta Daniela desde Chamonix.

Dicho y hecho: el año siguiente cuando Petzl Chile le propuso volver, no lo pensó dos veces y se puso a trabajar con todo para su esperada revancha.

¿Cómo fue tu preparación? Esta es mi 8ª carrera de 100 millas y el cerro ya es parte de mi vida, así que siempre estoy entrenando mucho. Fui muy matea con mi alimentación y llegué con mucha anticipación a Chamonix para evitar cualquier imprevisto. Además hicimos una muy buena previa con el team The North Face, con expectativas muy altas y entrenando todos juntos con una vibra muy positiva.

La carrera de Daniela Navarrete: 27.08 17:00 h, Chamonix, Francia

En total 2347 participantes divididos en 3 grupos para encajonarse en la estrecha Place Triangle de l’Amitié. Daniela, con el dorsal 323, va en el primero.  “El día de la carrera empezó intenso, porque me agobian mucho las masas, así para mí la largada es un tema heavy. Lo único que quería era estar en el km 10 y salir de la multitud para hacer la pega. Ya una vez dentro de la carrera todo fluyó, lo pasé demasiado bien de principio a fin, estaba como en un estado de plena armonía, muy conectada con el presente, cómoda y viviendo la carrera un paso a la vez. Además cada encuentro con mi equipo de apoyo fue  un momento tan emocionante y motivante, ellos fueron mis pequeñas metas dentro de la carrera (¡gracias Sofía López, Francisco Hevia y Johan Blanc!)”, cuenta Daniela.

¿Cómo te sentiste físicamente? Súper bien, muy cómoda y tranquila. Fui muy responsable con comer e hidratarme constantemente. Lo único que me pasó es que en el km 120 tuve que disminuir el ritmo porque las bajadas, al ser demasiado largas, hicieron que me dolieran muchos los cuádriceps. Pero a pesar de eso, fue muy lindo que mientras yo corría, mi equipo estaba en contacto con mi kinesiólogo y nutricionista desde Chile, entonces todos iban apoyando la distancia. Incluso me dieron mensajes de animo de amigos ¡y hasta me pusieron la cumbia “Daniela” de Tommy Rey! Sería mentira decir que corrí en solitario, porque fue un trabajo coordinadísimo y de mucho compromiso. Quizás en el sendero estuve sola, pero tenía la energía de todos lo que me estaban apoyando, que me empujó en cada tramo hasta llegar a la meta.

¿Cuál fue el momento más duro? ¡Uf! La segunda noche. Como largamos a las 17.00 la primera noche vas todavía con mucha adrenalina, sin sueño, pero ya la siguiente se sienten bastante los km. Tampoco puedes parar demasiado, porque sino te enfrías y luego tienes que comer más. Solo dormí pequeñas siestas de 5 minutos, me instalaba en una roca y cerraba los ojos, y en el último punto de abastecimiento dormí 10 minutos, que fue lo más largo. Llegué y le dije al guardia “necesito dormir 10 minutos”, el me respondió “¿15?”, y yo insistí “no, 10”, me despertó y empecé la última bajada. Quedaban solo 7 kilómetros, pero duros.

¿Cómo fue la llegada a la meta? ¡El mejor regalo de la vida! No solo por haberla cruzado, sino por todo el apoyo que recibí de mis amigos, de mi equipo de apoyo, de todos los que estuvieron conmigo en la ruta y que me recibieron en la meta. Fue increíble sentir ese compañerismo, saber que llegamos porque entre nosotros no nos fallamos.

Daniela Navarrete

Daniela Navarrete, llegando con una sonrisa a la meta

Dos días después de que ganó su revancha, al teléfono su experiencia llena de risas y anécdotas es de esos testimonios que son inspiración pura. “Gocé la carrera de principio a fin. Claro que es difícil y hay momentos en que se sufre, hay que luchar mucho con la cabeza, mucho más que con el físico, porque en un punto el cuerpo ya entra en un trance y sigue. Ganarle a la cabeza es el desafío más grande y ahí fue fundamental la actitud que decidí tener, de sacar los pensamientos negativos, premiarme, motivarme, decirme a cada rato que lo estaba haciendo bien”, cuenta.

¿Cómo fue el trabajo mental que hiciste en la carrera? En un inicio tenía el objetivo de un mejor tiempo y posición, pero llegó un momento en que decidí soltar esas expectativas y disfrutar. Yo sola me puse una presión absurda y en la misma carrera me di cuenta que tenía que sacarme esa idea. Cuando asumí esa actitud todo fluyó y creo que esa es la manera más sana de hacer una ultra distancia. Como me dijo mi amigo Enzo (Ferrari) en una conversación días antes, las ultra distancias se corren desde adentro hacia afuera, realmente desde el alma. Y así es.

“Varias veces me paré en algún lugar de la ruta para admirar donde estaba y agradecer lo afortunada que soy de poder correr, de estar ahí, de compartir esto con Chile y de que otras personas pudiesen vivir esto a través de mi experiencia. Es emocionante llevar una carrera como esta a nuestro país, motivar y quizás hacer que más mujeres corran distancias largas; demostrar que sí se puede. Hay que ser perseverante y entrenar muchísimo, pero está en uno cumplir sus objetivos y cruzar las metas que nos proponemos”, dice Daniela, con una convicción que no deja lugar a dudas.

por

Periodista, valdiviana y fanática del sur de Chile. Corro porque me hace feliz, y mucho más si es escuchando reggeaton.

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