Por Daniela Paz (@dnlp)

El fin de semana tuve mi mejor rendimiento de la vida. En la última Adidas Maratón Internacional de Viña del Mar, decidí correr 10k, una corrida que nunca es fácil, pero guardaba una pequeña esperanza que el aire marino me acompañara, acá les cuento cómo logré mis primeros 10k en menos de una hora.

Yo nunca he sido rápida y en verdad tampoco nunca me ha importado. Acá escribí una columna que explicaba que mi mantra para correr era “el que va lento, va lejos”. Así me he mantenido feliz logrando mis objetivos que siempre tienen que ver con distancias y con un tiempo promedio, que me permitía siempre disfrutar del paisaje y nunca agotarme.

El domingo de la Adidas Maratón de Viña del Mar, algo fue distinto. Había corrido el día anterior a un ritmo más rápido que el que acostumbro, y así decidí que haría mi primera corrida con un tiempo estimado. Básicamente decidí picarla, darlo todo y ver cómo me iba.

Así partí esa mañana con esperanza y cuando empezaron todos la corrida, yo comencé con todo, pasando al que podía, con el corazón a mil. Ya me había sentido así de cansada (y mucho más) cuando entrenaba en pista, así que pensé que estaba preparada para eso. Cuando pasé la mitad me sentía bien y con ganas de seguir, al llegar a la meta corrí con mucho cansancio, pero terminé mis 10k en 52 minutos. La primera vez que los corrí lo hice en 1 hora con 6 minutos.

Les cuento esta historia, para que las ladies que creen que no podrán pasar a la multitud, siempre se puede lograr, y no hay felicidad más que ver los bacanes resultados que se logran con constancia. Porque yo no pasaba a nadie y ahora tengo mi récord que seguro no sorprende a ningún pro, pero a mí me tiene jurándome la más rápida.