Por Daniela Paz (@dnlpz)
Hay diferentes cosas que nos motivan a correr, la música, amigos, superación, nuevos recorridos, pero hay otras donde la ficción nos entrega buenas historias que nos hacen querer copiarles. En esta sección comentaremos algunas películas o personajes motivadores para los deportes, y partimos con un clásico de clásicos: Forrest Gump.
Deben ser varios los que se han repetido incansablemente esta cinta en el cable. Porque es imposible no pegarse, incluso cuando la pillas en la mitad. Pero vamos a lo que nos convoca, de chico en la vida de Forrest el correr es protagonista. Se da cuenta en la mejor escena, que puede hacerlo y muy rápido, y en una situación complicada, cuando es perseguido por unos cabros chicos malos, inconscientemente comienza a hacerlo y sale de ese y varios problemas por su habilidad, que luego lo lleva a la universidad, donde básicamente lo que hace es darle con todo en los partidos de fútbol americano. Lo que me hace recordar mis tiempos de basquetbol, cuando lograba agarrar la pelota y seguir hacia adelante sin parar, ni mirar atrás.
Pero de las escenas más memorables es cuando ya más grande, el personaje estrella, luego de pedirle matrimonio a su Jenny y que ella no lo aceptara, en un momento de pena máxima decide ponerse a correr. Así, sin ninguna razón, ni excusa. Porque cuántas veces nos ha pasado que tenemos rabia, pena o angustia, nos ponemos las zapatillas y salimos a la calle porque sí. Así mismo nos mandamos un forrestgumpazo, sólo que él lo hace sin parar, por tres años, con seguidores, historias, paisajes preciosos. Un lujo que varios envidiamos.