Si ya conoces tu ritmo promedio, la pista es el lugar perfecto para que tu mente se alinee con él si tener que chequear el reloj cada momento. Al tener plena consciencia de la distancia de cada vuelta -400 m. divididos por marcas de 100 m.- y el tiempo que te toma hacerla, lograrás llegar a un punto en que controles tu desempeño instintivamente.
En la pista generalmente entrenarás en grupo, y la presión colectiva y sobre todo el apoyo de tus compañeros harán que probablemente te esfuerces más a que si vas sola. Aprovecha ese público y da lo mejor de ti, y también aprende del resto y motívate para mejorar.
Las series y las diferentes dinámicas de preparación física en grupo sobre la pista hacen que el entrenamiento sea mucho más variado y entretenido. Además de trabajar músculos que a veces olvidamos cuando corremos en la calle.
La pista no solo consiste en mejorar tu velocidad, también, alrededor de ella se arma un ambiente entretenido entre todos los corredores que se van sumando y los que se van. Este es el momento ideal para sociabilizar, conocer más a tus compañeros y cargarte de la buena onda que se genera en torno al running.