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¿Por qué no bajo de peso si hago deporte y me alimento bien?

La combinación de deporte + alimentación saludable, no siempre se ve reflejada en la balanza ¿Qué puede estar pasando? Acá te lo contamos:

Hacer deporte de manera continua y alimentarnos bien, no siempre es sinónimo de bajar de peso, lo que puede frustrar mucho a quienes tienen ese objetivo específico. Pero no todo está perdido, y en este post te damos algunas pistas respecto a qué te puede estar jugando en contra.

¿Estás logando un déficit energético?

Es la regla básica entre quienes buscan perder peso, preciso y conciso: comer menos de lo que gastas, o al revés quemar más calorías de las que consumes. Lo importante es que ambas dimensiones (alimentación y ejercicio) se complementen, y no enfocarse en una y olvidar la otra. Solo así lograrás un efecto que se sostenga en el tiempo y que se refleja en el bienestar de tu cuerpo. 

No se trata de comer menos, sino de qué comes

Para conseguir el déficit calórico, es clave que pongas mucha atención a tu alimentación, pero sin saltar hacia una dieta mega restrictiva, que además puede ser incompatible con la actividad física y a la que generalmente le sigue el efecto rebote. Por eso, lo mejor es que te asesores por un profesional que te ayude a hacer una pauta de alimentación personalizada según tus necesidades, objetivos y estilo de vido. Probablemente ya lo sabes, pero las dietas mágicas NO existen, y una baja de peso responsable y que dure siempre requiere balance y constancia. 

¡Ojo! El deporte, sobre todo de alta intensidad, hace que nos de más hambre, y la clave para no caer en excesos luego de entrenar es alimentar los músculos con alimentos adecuados, idealmente poco calóricos, saciantes y ricos en nutrientes. Con el running puedes quemar muchas calorías, pero tienes que medirte con las comidas de alto componente energético sin nutrientes de alta calidad, sobre todo si quieres conseguir un déficit calórico. 

El descanso es clave

A hacer deporte regularmente y alimentarnos de manera equilibrada, se suma un tercer elemento fundamental, y que muchas olvidamos: el descanso. Pareciera que el descanso no tuviese cabida en una vida activa, pero al contrario, es gracias a él que podremos alcanzar un equilibrio en nuestra salud física y mental. Así que respeta tus horas de sueño, escucha tu cuerpo cuando está fatigado o cuando te ‘habla’ a través de alguna dolencia, e intercala tus entrenamientos con días de descanso o de recuperación activa. 

Combina ejercicios aeróbicos + fuerza

Erróneamente tendemos a pensar que el ‘cardio’ es para quemar calorías y el entrenamiento de fuerza solo para endurecer, ¡ERROR! Ambos trabajos deben complementarse si quieres conseguir una baja de peso, ya sea en una misma sesión o alternándolos en tu planificación. 

No te obsesiones con la balanza

Aunque es la forma más común de saber nuestro peso, los números de la balanza no siempre reflejan nuestros progresos o el cambio que ha experimentado nuestro cuerpo con el deporte y una buena alimentación. Partiendo por el hecho de que el músculo pesa más que la grasa, ¡los números absolutos no lo son todo! Recuerda: pon más atención a cómo te sientes antes de obsesionarte con los kilos. Tú, antes que la pantalla de la balanza, sabrás si tus esfuerzos están haciendo efecto. 

por

Periodista, valdiviana y fanática del sur de Chile. Corro porque me hace feliz, y mucho más si es escuchando reggeaton.

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