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Testimonio: Mis razones de por qué me gusta correr sola

Nuestra columnista Ingrid Vignolo, corre sola. No le interesa participar de un equipo ni correr conversando. Lo de ella es disfrutar de un momento personal, exigiéndose a su propio ritmo. Acá reflexiona de su individualismo runner.

Soy porfiada, lo reconozco, y tengo claro que si fuese parte de un club o grupo de running mejoraría mis tiempos y resultados, pero es justamente la libertad que me da correr sola lo que más me gusta.

Yo decido cuándo, cuanto y donde. Ya llevo más de dos años corriendo con regularidad – promedio 5 veces a la semana – y he aprendido a escuchar mi cuerpo. Bajo la intensidad cuando estoy cansada, me exijo más cuando se que puedo dar más, y alterno las rutas y kilómetros para que no se vuelva aburrido.

He tenido un par de lesiones por sobre-entrenamiento – al principio corría como caballo desbocado – , también una caída bastante fea que me dejó fuera de las pistas casi un mes, pero son cosas que pasan y nos las atribuyo a correr sola o acompañada.

He participado de algunos entrenamientos grupales, pero pierdo absolutamente la concentración: empiezo a fijarme en los demás, que si alguien se quedó atrás, que si alguien me pasó, y al final deja de ser “mi momento”.

Nunca me he sentido insegura ni he tenido alguna mala experiencia en ese sentido, me cuido de los caminos muy oscuros o solitarios, siempre busco a alguien que vaya un poco más adelante, y la música la pongo a un volumen moderado para estar alerta. Y me ha funcionado.

Mi gran meta es correr una maratón completa, y se que para ese desafío voy a tener que cambiar mi sistema de entrenamiento y tener un guía. Pero por ahora, voy a seguir disfrutando de correr sola, sin presión, mi libertad con zapatillas.

correr sola

 

por

Donante, periodista, sureña, amante de los libros y corredora autodidacta. Hace menos de 2 años me puse las zapatillas y nunca más paré.

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